CARILLÓN

CARILLÓN es el nombre con que nació mi proyecto litúgico musical, en diciembre del año 2000. Se trataba de un dúo para cantar y tocar en ceremonias religiosas (lo cual yo ya hacía, sola, desde 1994); formado por Hernán Castillo, un joven profesor de historia y geografía (discapacitado visual) que tocaba el teclado, y yo, profesora de música (actualmente pensionada a partir de 2004 por razones de salud) que acompaño mi canto con guitarra. Nuestro dúo duró sólo dos años, pero yo quise continuar con ese nombre; pues la imagen de las campanas me recuerda el carillón del Santuario Cenáculo de Bellavista, nuestro Santuario nacional; cuya solemne, jubilosa y armónica alabanza permanente a la Santísima Trinidad expresa para mí más que muchas palabras. Nunca he dejado de cantar de una forma u otra en la Iglesia, desde que era niña, y comencé a participar en grupos de Schoenstatt a los 11 años; en la época de la construcción de nuestro Santuario de Agua Santa, en Viña del Mar.

 

Hoy, en 2014, año del centenario de Schoenstatt, deseo compartir el material que he recopilado sobre el canto de la Iglesia, en base a la formación recibida de los asesores del Movimiento y también en la Parroquia San Benito de Chorrillos (a la que pertenezco desde que nací) donde canto cuando me lo piden y donde canté durante 4 años (desde 1977 a 1980) con el grupo juvenil "Luz de Cristo" en las misas dominicales vespertinas. En Schoenstatt también participé en  concursos de canciones, apoyando creaciones grupales (y años más tarde, en 1991, gané un concurso de canciones organizado por la Comisión Interuniversitaria contra el SIDA , en Valparaíso, para el Día Mundial del SIDA). A los campamentos de formación de la juventud femenina íbamos con dos asesores: un padre de Schoenstatt y una hermana de María. Teníamos misa diaria. Allí nos organizábamos en distintos comités. Las Eucaristías  más significativas para nosotras eran aquellas en que el comité de liturgia y el comité de cantos (en el que yo invariablemente participaba) se ponían de acuerdo para la selección de los cantos, con el apoyo del celebrante.

 

Esa experiencia litúrgico musical en común (y también de todo tipo de cantos, en las convivencias de la Familia de Schoenstatt), junto a la formación musical recibida de mi tía Cristina Herreros (Q.E.P.D.), quien me enseñó piano y me envió al Conservatorio a estudiar teoría musical,fueron muy importantes para mi futuro. Estudié Educación Musical en la PUCV y logré ejercer durante 10 años mi profesión; pese a mis problemas de salud. También enseñé GUITARRA BÁSICA en forma particular, en distintos lugares y a personas de distintas edades. Además canté durante mucho tiempo en COROS, en la enseñanza media y universitaria, en especial con el maestro Silvio Olate Valenzuela (dejé de hacerlo en 1994, junto con despedirme del sistema educacional). Hace más de un año grabé un CD en el estudio de grabación de Jonathan Ballero (limitado visual) llamado "CARILLÓN, oraciones cantadas"; con cuatro sencillas canciones que compuse en base a oraciones tradicionales de la Iglesia y del librito de oraciones "Hacia el Padre", del P. José Kentenich, fundador de Schoenstatt.